lunes, enero 13

Castillos de arena

Leo un libro. O eso creo.
Estoy en una de las mesas de la cafetería que habíamos dicho, pero aquí no hay nadie.
Son las dos y media. Llega tarde.
Pido un café y sigo leyendo.
Hace cinco años que no nos vemos. Cinco años. Sí, es mucho. Hace cinco años del mejor verano de nuestras vidas, o al menos de la mía.
Éramos jóvenes, alocados, algo ingenuos. Niños, prácticamente. No hacíamos más que corretear de un lado para otro, o construir castillos en la orilla del mar. Vamos, dos saltimbanquis en plena acción.
Tenía algo que me gustaba. Algo. No sé el qué. Tal vez aquella sonrisa, siempre tan pícara. O algo más. No lo sé.
Nunca se lo llegué a decir. Tenía miedo. Javier había crecido conmigo, era mi mayor aliado, mi mejor amigo. No podía tirar aquella relación por la borda.
No sé si él sentía lo mismo. Nunca hablábamos de esos temas. Nosotros preferíamos los cromos y las bicis antes que cualquier otra cosa. Y con eso éramos felices. Felices, juntos.
El minutero anotaba las menos veinte pasadas cuando entró en el local. Me buscó rápidamente con la mirada, pero no tardó en encontrarme.
No pude evitar sonreírle. Tenía el mismo aspecto de siempre, aunque ya no era un niño. Ahora era un hombre, un hombre apuesto e irresistible.
A medida que se acercaba, metí el libro en mi bolso y me puse en pie. Estaba nerviosa. Y mucho.
Me miró con aquellos ojos, aquellos que tanto me desconcertaban, y no tardé en lanzarme a sus brazos. Nos fundimos en un cálido abrazo y, por un momento, creí haber regresado a la casa de la playa, a aquel verano de ensueño.
Al cabo de unos minutos estábamos sentados uno frente al otro, charlando y riendo como siempre. Con unas tapas sobre la mesa y un sentimiento que ya daba por olvidado.
Ahora recuerdo qué era lo que tanto me gustaba de él. Tal vez aquella sonrisa, siempre tan pícara. O tal vez cómo me hacía sentir cuando lo tenía cerca. No lo sé. Solo sé que me gustaba.
Pero ahora no había castillos que construir, sino muros que derribar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario