jueves, noviembre 22

Ojos color avellana.

Todavía recuerdo la última vez que te besé.
Era una tarde gris de Diciembre, el cielo estaba totalmente encapotado y llovía a cántaros.
Chapoteábamos en los profundos charcos que inundaban las calles de Madrid. Entonces te miré y supe que era un gran plan, justo cuando sonreíste.
Me dispuse a dejarte en la parada de metro más cercana, pero de pronto, me frenaste sin motivo aparente.
Me miraste con aquellos ojos que tanto me gustaban. Pude notar cómo contenías toda la emoción que llevabas dentro. Lo sabía, yo también lo estaba sintiendo. 
Tomé una de tus manos y la estreché firmemente. Volviste a sonreír, sólo que esta vez te quedaste totalmente enmudecida. Ambos sabíamos que era el momento, por lo que, con cierta inseguridad acaricié tu cara. Clavaste tus ojos en los míos, otra vez, y poco a poco los cerrabas a medida que rompíamos las distancias.
Un cúmulo de ilusiones se retorcía por mi estómago hasta llegar a su completa disolución. Había encontrado amor en aquel beso, pues no era uno cualquiera, era un beso de tus labios.

5 comentarios:

  1. Los besos transmiten más que las palabras creo yo. Bonito texto :)

    ResponderEliminar
  2. Me encantó. Me hizo recordar mi primer beso :)

    ResponderEliminar
  3. Nunca encontraremos las palabras adecuadas, mejor demostrarlo todo con un beso ^^

    ResponderEliminar
  4. Preciosa entrada, escribes genial. Tienes un blog perfecto *__* Nunca dejes de escribir :) Te sigo ^^ Te dejo mi blog por si quieres pasarte, te lo agradecería: http://quieroquemipasadojuntoatiregrese.blogspot.com.es/

    Gracias :)

    ResponderEliminar
  5. Muchísimas gracias. Me encanta que os hayáis sentido así :-).

    ResponderEliminar