jueves, febrero 28

Soledad.

Soledad.
Te escribo en una de las noches más frías de Madrid.
A mi lado tengo un chocolate que me mira de reojo cada vez que suelto el lápiz. Para colmo tengo las manos tan heladas que apenas puedo mantener una caligrafía decente. 
Como podrás imaginar, estoy sola. Últimamente me dedico a vagar por callejones con la esperanza de que aparezca alguien, pero nadie aparece. El amor se ha olvidado de llamar a mi puerta.
Ya no hay chispa en labios ajenos, sólo pasión. He perdido la cuenta de los ombligos pasajeros que me han llenado en pocos minutos, pero ninguno de ellos se ha interesado en tener una segunda cita.
A veces creo que es tan sólo una mala racha y que en un abrir y cerrar de ojos llegará alguien que se tope conmigo en pleno portal. Alguien que me saque de mis casillas y al cabo de dos minutos esté robándome besos con una disculpa de por medio. Alguien.

Pero tengo miedo. No quiero ser el "No estamos hechos a medida" de otro alguien. Ni que me abran una nueva cicatriz en el pecho, que si no tendré que volver a escribirte y ésta vez no será una sola taza la que me mire con ojos de cordero. 

Me despido aquí Soledad, con la esperanza de que pronto me vuelvas a llenar de amor.

2 comentarios:

  1. Guau, vaya pedazo de texto. Vaya frases :)
    Estoy segura de que soledad llegará un día en el que se irá para darle paso al amor, todo tiene su debido tiempo, sólo hay que esperar, aunque a veces sea más tiempo de la cuenta!!

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  2. quiero que me deje ser ese "nadie" .. cuando diga lo de "nadie me quiere"

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